Miguel comienza su carrera en 1964 tomando clases de dibujo al natural en la Academia de Peña en Madrid. In 1965 se matricula en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; estudia bajo Antonio López con quien entabla una amistad que durara toda la vida.

En 1965 es seleccionado para representar a los jóvenes artistas españoles en una exposición de pintura realista en Tokyo, Japón. Gana el primer premio nacional de la academia tanto en pintura como en dibujo por dos años consecutivos. En 1968 deja la escuela y decide emprender su camino independiente como pintor.

Durante los siguientes años Miguel vive y pinta en Galicia, España, en Estocolmo, Suecia y finalmente en Londres, Inglaterra. Comienza a trabajar con la galería Marlborough en Londres en donde participa en importantes exposiciones colectivas. Es seleccionado por Francis Bacon como el mejor artista de la exposición.

En Londres pinta diariamente por 9 meses en el cuadro titulado “Crisantemos en Londres” con el que gana la prestigiosa beca de la Fundación Juan March en 1976.

Viaja a California como profesor invitado por la Universidad de Santa Cruz donde enseña pintura, escultura y dibujo por cuatro años. En este tiempo hace largos viajes con sus alumnos de la universidad a Galicia y a México en donde sigue pintando y enseñando.

En 1983 se muda a la ciudad de Nueva York y se instala en un estudio en la zona de Tribeca. Este sitio resulta ideal para pintar no solo algunos de sus cuadros mas bellos de flores pero también su obra mas experimental, Figuras Rojas y Espejos Negros (conocida también como la serie de Nueva York).

Participa en importantes exposiciones y su obra es adquirida por destacadas colecciones en Europa y Estados Unidos.

Después de diez años en Nueva York Miguel decide explorar otro camino como artista; pintar la luz de los desiertos del sudoeste americano. Manda a hacer un compacto camper diseñado para transportar sus grandes lienzos. Es un fuerte camión todo terreno equipado con tan solo lo esencial para sobrevivir alejado de la civilización y guardar el material de pintura que deberá de durarle varios años.

Miguel vive acampando y pintando en la naturaleza desértica, viajando entre Texas y Arizona por un periodo de 8 años. A pesar de las dificultades climáticas, logra pintar 10 cuadros de gran formato entre los que destacan “El Cementerio del Pueblo Fantasma”, “Kanab”, y “El Cañon del Colorado Después de la Tormenta.”

Dedicado a su trabajo por completo, Miguel decide mantenerse alejado de las exigencias comerciales de los circuitos del arte y las galerías. A lo largo de su carrera desarrolla una técnica en la que lentamente construye cada cuadro sobreponiendo delgadas capas de pintura transparente hasta lograr una calidad tonal y una fuerza emocional excepcionales.

Miguel muere en el 2005 dejando una obra impresionante que forma parte importante de la pintura realista española del siglo XX.