Un barco de hojalata oxidado, soldaditos de plástico de colores y unos espejos negros fueron la inspiración para lo obra mas abstracta de Miguel. Aplicando cientos de capas transparentes de óleo y cera, Miguel pintó distintas combinaciones del barco, los soldados y los reflejos que aparecían sobre los espejos negros.
Miguel dedicó una gran parte del tiempo que vivió en Nueva York a experimentar en estos cuadros con nuevas técnicas y materiales. El resultado es una obra íntima y oscura que refleja su visión personal de un mundo fantástico.